Aridez

No es más que arena
infinitamente como el universo
esparcida por doquier.

No existe oasis
interminable como la inexistencia de dios
nada saciará mi sed.

Hálito cálido
Brisa fría

Y sigue siendo polvo
eternamente como la muerte implacable
acorralado hasta los confines.

Y no hay alivio
inagotable como Hércules
nada apaciguará mi deseo.

Las olas

Puedo contemplar
como las olas chocan entre si
mis oídos tratan de imaginar.

Observo a dos chiquillos
jugando en la plaza
sus bocas sueltan carcajadas, que jamás podré oír.

Alétheia

Nada estaba oculto,

mis brazos distantes,

entre tus garras distintas.

Consumes lentamente,

el elíxir de mi cuerpo,

engendraste en mi lo inconcebible.

Cerceno de mi,

los dedos intoxicados,
que trazaron fantasías improbables.

Quedan evidencias,
de que veneras a Ápate,
por decreto volverás a la caja de Pandora.

Emboscada

Con tus ficciones
    secuestraste a las musas.

Suavizaste la roca en mi pecho
    cubriste con dulzura mi áspera alma.

Me acechaste en luna llena
    camuflado bajo un falso prestigio.

Derribada miro al cielo
    suplico a los dioses por tu salvación.

Poema Virtual

Tus palabras recubiertas en zafiro
   tu arma de acero letal.

Expuestos tus pensamientos
   frente a los ojos de un ser anónimo.

Mago que transcribes diálogos de celuloide
   sin percatarte que estás frente a una ilusionista.

Ella lleva decenios de invenciones
   para crear un mundo feliz.

Ha experimentado el engaño sucesivamente
   ya no cree en la realidad virtual.