Atardecer

y me aferro a este espacio,
temo que el olvido borre tu imagen.
Acaricio con delicadeza,
cada uno de sus rincones,
quiero que mis manos le den vida.
Me alejo,
el dolor es incalculable,
mi única certeza, tu retorno.
Mientras el espacio exista y haya rincones que acariciar la imagen no se borrará, la intangibilidad es la mejor aliada del olvido
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