Millares de voces encerradas
la cortina de amianto
tres cerrojos.
Sus ojos cegados por la luz
partículas de polvo esparcidas
el vaho compacto.
El beso de sus manos
joyas adormecidas por intervalos
esperando ser escuchadas.
Quisiera rescatarlas a todas
pero su universo es pequeño
lamenta tener que decidir.
Busca un baúl
donde las encerrará con cuidado
será un periplo breve promete.
La morada violeta es sencilla
dispuesta a recibir a las recién llegadas
-No estamos muertas después de todo-
La salvación será paulatina
cada una tendrá su instante
infinito por cierto.
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